Escribo este artículo como representante de TechXpert Gurú, pero también como alguien que ha vivido el mundo del software libre y de la tecnología desde adentro, desde hace muchos años. Y lo hago porque siempre hay la posibilidad que un fabricante -o marca- malinterprete a algún miembro de la comunidad por simplemente mencionar su nombre en un curso, documentación o certificación.
«No somos inmunes, nos ha pasado tamién».
Hablemos claro
Cuando mencionamos una marca en nuestros cursos, no lo hacemos para usufructuar de nada ni para obtener ventajas indebidas.
Las marcas existen, las tecnologías existen.
Miles de personas las usan todos los días, y muchas de ellas buscan formación, guías y puntos de vista prácticos que a veces el fabricante simplemente no puede dar.
Hay una realidad que a algunos les cuesta aceptar:
la opinión y documentación del fabricante es una cosa, y la opinión y documentación del usuario experto es otra.
Ambas son válidas. Ambas son necesarias. Y ambas pueden coexistir perfectamente.
El fabricante tiene una visión… y el usuario también
El fabricante crea el software con una intención, muchas veces loable. Diseña un esquema general para que miles de personas lo utilicen. Pero no puede personalizarlo todo, no puede anticipar cada caso, y no tiene ojos en cada implementación del mundo.
Ahí entra el usuario avanzado.
Ahí entra la comunidad.
Ahí entramos nosotros.
Los usuarios reales, los implementadores, los consultores, los administradores y quienes hemos trabajado en proyectos concretos adquirimos un tipo de experiencia que muchas veces supera la del mismo fabricante en escenarios específicos. Y eso no es una falta de respeto: es la naturaleza del software libre y del mundo tecnológico.
Si tu herramienta se usa en miles de entornos, habrá miles de realidades que tú, como fabricante, simplemente no puedes conocer.
Eso no te quita méritos. Pero tampoco te da derecho a callar a quien aprende, enseña o comparte.
El propósito de TechXpert Gurú
TechXpert Gurú existe precisamente para eso:
Para aportar puntos de vista, prácticas reales, soluciones que funcionan en campo, y conocimiento que en ocasiones va más allá de lo que dice un manual oficial.
Compartimos experiencia, ayudamos a formar profesionales.
Y lo hacemos sin apropiarnos de contenido ajeno, sin usar material privado y sin pretender ser representantes oficiales de nadie.
Mi historia personal en todo esto
Desde el 2008 he trabajado en software libre. He escrito miles de párrafos de documentación, he apoyado proyectos, he participado en comunidades, he visto nacer soluciones, forks, ideas y equipos completos. He visto adquisiciones y he estado en al menos 3 de ellas, y sobreviví a dos. Mucha de esa documentación la doné al mundo sin pedir nada a cambio.
Y siempre seguí la misma filosofía:
si el conocimiento ayuda a alguien, que circule.
Si alguien quiere usar el nombre de un proyecto para enseñar o ayudar, que lo haga. Ese es el espíritu del open source.
Por eso es preocupante cuando una marca intenta actuar como si mencionar su nombre fuera una afrenta. No lo es. Es reconocimiento, es visibilidad, es comunidad.
Si tu marca vive gracias a la comunidad, ¿por qué intentar apagarla?
Una realidad que algunos olvidan
Tienes poder sobre tu marca, sí. Nadie te lo quita. Pero recuerda algo: si abusas de ese poder, tu marca también puede convertirse en un fork.
La historia del open source está llena de ejemplos.
La comunidad se gana con apertura, documentación, guías y apoyo. Hay que preocuparse de que la gente tenga acceso a información real, que más personas ayuden a cubrir la curva de aprendizaje, que tus usuarios encuentren soluciones más allá de lo básico.
Porque aquí va una verdad incómoda: no lo puedes hacer todo tú solo.
Y nuestro compromiso
Nosotros seguiremos mencionando tecnologías en nuestros cursos cuando sea necesario enseñar, formar y guiar. Lo haremos con respeto, dando los créditos correctos en nuestros Términos y Condiciones, y aclarando que no tenemos afiliación con ninguna marca.
Seguiremos creando contenido propio y compartiendo experiencia real, como siempre hemos hecho.
Ese es nuestro camino, ese es el espíritu que defendemos, y ese es el verdadero corazón del software libre y del conocimiento abierto.